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Arquitectos: Atelier Pulver Architectes
- Área: 410 m²
- Año: 2021
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Fotografías:Thomas Telley Architektur - Fotografie
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Anclado tranquilamente en su pedestal de hormigón, el nuevo centro náutico de Nant, un pequeño pueblo de la parte francesa de Suiza, es una construcción ligera formada por dos estructuras autónomas. La primera, sobre la que descansa una cubierta opalescente, alberga la segunda, formada por tres volúmenes autoportantes que contienen un centro de entretenimiento para actividades náuticas, una sociedad de socorrismo, así como los baños públicos de la playa cercana.
La idea inicial del proyecto se basa principalmente en las necesidades actuales de los usuarios mencionados. Además, también intenta responder a la necesidad de flexibilidad para garantizar la sostenibilidad del proyecto. Es decir, que la estructura tenga la capacidad de evolucionar y dar cabida a posibles nuevos usos futuros.
De este deseo surge una gran cubierta estructural que alberga cada programa, diferenciada visualmente por tres volúmenes autoportantes. Los once arcos, sobre los que descansa la cubierta del complejo, se desprenden conscientemente de los locales y contribuyen a unificar la estructura al tiempo que la protegen de los caprichos del clima. La generosa huella del edificio da lugar a una serie de pasillos que distribuyen las distintas partes del pabellón.
La disociación visual se traduce en la creación de dos arterias de paso que actúan como lugares de tránsito a la vez que multiplican los accesos a los diferentes programas. Además, también aportan una serie de cualidades de uso. En efecto, debido a sus dimensiones, actúan como espacios intermedios que favorecen la libre apropiación por parte de los usuarios. Garantizan la transparencia visual entre el edificio y el lago, a la vez que proporcionan vistas privilegiadas de este último. En un afán de homogeneidad, sólo el juego entre los revestimientos horizontales y verticales permite diferenciar sutilmente las puertas correderas de los muros de madera.
Al igual que la estructura, que se contenta con responder eficazmente a las distintas funciones que alberga, los distintos materiales que la componen se han elegido de forma que respondan a las limitaciones y criterios impuestos. Se hizo hincapié en la facilidad y la rapidez de ejecución, el impacto medioambiental, la durabilidad, el coste y el impacto visual en el paisaje existente. Por lo tanto, la madera fue una elección natural. La especie, en este caso el abeto certificado Swiss Label, se utiliza en toda la construcción de diversas formas.
El armazón y el revestimiento son de abeto en bruto, los tabiques interiores son de tres capas y los pórticos son de madera laminada encolada. Todos los elementos están sin tratar, para permitir que la madera envejezca y desarrolle una pátina con el tiempo, dándole así una protección natural que le permita integrarse discretamente en su entorno. Por razones de sencillez de aplicación y rapidez de ejecución, todos los elementos se prefabricaron en el taller y luego se montaron in situ.
La cubierta, gracias a sus propiedades, amplía y difunde óptimamente la luz natural en el interior de los locales y, en consecuencia, reduce el uso de la luz artificial durante el día.